Con seguridad es de los temas más tratados en artículos científicos y de revistas o secciones de salud, no únicamente en México sino en todo el mundo, sin embargo, la incidencia de la caries no disminuye. Si bien se trata de una enfermedad que afecta la salud bucal de todos, se eriza la piel de saber que en países como el nuestro, alcanza un 70% o más durante la primera infancia y que solamente en el año 2017, más de 530 millones de niños en todo el mundo tenían caries dental en los dientes “de leche” (Global Burden of Disease Study, 2017).
El origen es multifactorial dado que influyen factores socioeconómicos, de educación, de apoyo por parte de instancias gubernamentales, de reconocer la importancia que merece la enfermedad por su severidad, y más aun, en los primeros años de vida. La solución, de igual forma, será producto de acciones conjuntas, no solo entre padres, instituciones y profesionales de la salud, sino de esfuerzos a nivel internacional.
La etapa del nacimiento a los 6 años es fundamental en la prevención y en la creación de hábitos saludables tendientes a minimizar los riesgos de presentar caries dental y sus consecuencias cuando no se atiende: enfermedades periodontales, pérdidas de piezas dentales, dolor, infección, etc., cuyos tratamientos en niños tan pequeños, aun cuando se intente que sean mínimamente invasivos, pueden resultar molestos para ellos.
Además de la atención dental, el odontólgo puede orientar a los padres de los niños pequeños sobre, por ejemplo, la alimentación baja en azúcares libres como primer medio de prevención. Después de la leche materna, la cual es capaz de prevenir o reducir en gran medida la caries si se le da al bebé durante los dos primeros años de vida (Walesca M Ávila et al/ doi: 10.1371 / journal.pone.0142922), se inicia con alimentación que muchas veces no cuenta con medidas específicas y controladas en la cantidad de monosacáridos como la fructosa y disacáridos como la sacarosa y lactosa, que se encuentran en bebidas y alimentos en cantidades mayores a las requeridas y necesarias para el niño.
Realizamos una búsqueda a través de instituciones internacionales de salud y encontramos que, recientemente, la Organización Mundial de la Salud en coordinación con varias instituciones internacionales publicó una guía llamada Poner fin a la caries dental de la primera infancia, misma que recomendamos que lean ya que trae información extensa y muy valiosa respecto al tema.
Parte de dicha información es la que refieren sobre el diagnóstico precoz, a partir del cual es factible detectar la enfermedad y tratarla. Las revisiones periódicas por los odontólogos es fundamental, pero, para hacerlo posible, quienes rodean más cercanamente al niño, son quienes deben considerar el atenderlos y llevarlos al consultorio dental, y es aquí donde, de nuevo, el odontólogo u odontopediatra toma la batuta; es quien lidera, gracias a sus conocimientos, la prevención y resolución de la existencia de la caries dental, la cual evoluciona más rápido en la primera infancia que en los dientes permanentes.
El cepillado como hábito fundamental de higiene, desde la aparición del primer diente, junto con una buena nutrición, así como orientaciones a las familias sobre el cuidado dental del pequeño, seguimiento constante de los casos, y las restauraciones efectivas según el avance del daño producido por la caries, serán parte fundamental de esta lucha contra esta enfermedad tan extendida en la población mundial y a veces ignorada durante los primeros 6 o 7 años de edad. ¿Será posible leer algún día un artículo titulado: Caries en niños, a punto de extinguirse? Suena imposible, pero no lo es.
Fuentes: Global, regional, and national incidence, prevalence, and years lived with disability for 354 diseases and injuries for 195 countries and territories, 1990–2017: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017. Lancet 2018; 392: 1789–8583
Poner fin a la caries dental de la primera infancia: Manual de Aplicación/Organización Mundial de la Salud/2021