Ironías de la vida. El 6 de julio se anuncia que ya es posible obtener el certificado de vacunación que servirá como documento oficial ante dependencias, aerolíneas y países (cvcovid.salud.com.mx) para quienes deseen viajar al extranjero a países donde lo soliciten, y ese mismo día, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell reconoce la tercera ola de COVID-19 en nuestro país.
Baja California, Yucatán y CDMX son las zonas donde se ha presentado el mayor número de casos. A pesar de que variantes como la Alfa (Reino Unido) y la Gamma (Brazil) se distribuyeron rápidamente en el país, se considera a la variante Delta la responsable de este repunte, con la población joven como la más susceptible para contagiarse y transmitir la enfermedad. “La Alfa es 70% más transmisible que el virus original de Wuhan y la Delta es entre 40-70% más en comparación de la Alfa” comentó en entrevista con TecReview el virólogo Carlos Arias. (tecreview.tec.mx)
Los adultos jóvenes apenas inician el registro para ser vacunados, la variante es más contagiosa… ¿y qué pasa con los dentistas? ¿regresan a confinamiento? ¿cambiarán protocolos?
En estudios de diferentes organizaciones, entre estas la OMS, se ha definido desde hace tiempo que los odontólogos son profesionales de la salud en alto riesgo de ser contagiados. Dada la forma de contagio, el COVID amenaza la salud del profesional dental; a pesar de ello, cada uno de los médicos en su práctica privada han establecido lineamientos de prevención, que van desde el tapete sanitizante y el gel antibacterial con el cubrebocas, hasta procedimientos de higiene estrictos tanto en el equipo dental como en procedimientos dentales.
Si debido al semáforo epidemiológico verde, que tuvimos en muchas zonas del país, los odontólogos “relajaron” en algún momento algunas medidas, a continuación les hacemos un recordatorio breve.
1.- Básico: lávate bien las manos; recuerda hacerlo por ambos lados y entre los dedos, durante 40 segundos.
3.- Tú: usa cubrebocas FFP2 o FFP3, lentes especiales o careta, gorro, cubrezapatos, bata impermeable y bata desechable.
4.- El consultorio: de preferencia no tengas a ningún paciente esperando en recepción, por lo cual las citas son primordiales. Marcar zonas aptas para sentarse, con 1.5 metros entre cada una. Evita, en la medida de lo posible, que el paciente ingrese acompañado al consultorio, a menos que sea alguien que requiere ayuda o que sea un niño. Tener gel antibacterial para el paciente.
5.- La unidad dental: contar con materiales preferentemente desechables (baberos, eyectores, servilletas, algodón), los cuales deben retirarse al terminar el procedimiento y colocarse en el contenedor destinado a eso.
6.- Al terminar la cita: retirar los instrumentos utilizados y llevarlos al área específica para proceder a desinfectarlos (sumergirlos en un baño con glutaraldehído durante 20 minutos para después cepillarlos con jabón desinfectante) y esterilizarlos.
7.- Limpiar a conciencia superficies, sillón, lámpara, teléfonos, computadoras, apagadores, con productos especiales para acabar con gérmenes y bacterias.
8.- Y, parte esencial en la prevención: ¡LA VENTILACION! Renovar el aire constantemente; abrir ventanas y puertas cuando sea posible, para ello hay que considerar la cantidad de gente que acude en un día para determinar si ventilamos 4 o 6 veces en una jornada. Se debe asegurar siempre algún tipo de ventilación natural, excepto si la zona donde se ubica el consultorio maneja niveles altos de contaminación ambiental: otro problema de salud pública, grave, que causa aproximadamente 7 millones de muertes al año, según datos de María Neira, integrante de la Organización Mundial de la Salud.
En casos de alta polución se puede considerar el uso de purificadores de aire, preferentemente equipados con filtros HEPA (High Efficiency Particles Arresting), como lo recomiendan organizaciones internacionales como la OMS, y de los cuales existen diversas marcas y precios.
Si bien la nueva variante no ha traído tantas defunciones gracias en gran medida a la vacunación, sí hay registros de su gran capacidad de transmisión. Por ello, si se ejerce la profesión de manera regular, no hay que “bajar la guardia”, cuiden de los pacientes, pero sobre todo, ¡de ustedes mismos!
Fuentes:
coelp.es
science in 5 (Organización Mundial de la Salud)