Jacqueline Menchaca/blog/newsletter
Acciones tan sencillas como la limpieza determinan la retención de los brackets en la boca del paciente y con ello un tiempo ideal del proceso ortodóncico.
Existen tratamientos de ortodoncia donde el paciente, cada vez que acude a consulta de seguimiento, lleva en la mano 1 o más brackets; como ortodoncistas, ¿les ha pasado? Si bien es normal, hasta cierto punto, que en algún momento del tratamiento se desprenda uno, también hay casos muy especiales donde, incluso, el trabajo de profesional llega a ser cuestionable.
Hay pacientes a quienes a los pocos días de acudir al dentista, se les aflojan o caen los brackets sin haber mordido nada duro. Llegan al consultorio y se quejan. Por su parte, si el dentista hizo un buen trabajo, duda que el manejo que el paciente hace de su boca -debe ser especial para cuidar la aparatología-, sea adecuado.
La realidad es que son muchos factores los que determinan una buena retención, los cuales van desde la calidad de los materiales hasta la propia condición del esmalte del diente. Uno de ellos es la limpieza de los brackets, tanto por parte del paciente como del especialista.
Consecuencias de la poca higiene en casa
Cuando el paciente no se lava la boca adecuadamente, se quedan restos de comida, que se irán acumulando alrededor del bracket, lo que provoca fricción y que la resistencia vaya perdiéndose hasta aflojarse y caerse. Así, los ortodoncistas requieren informar del cepillado adecuado y uso de accesorios específicos para ortodoncia: cepillos interproximales, hilos dentales, enjuagues especiales, irrigador bucal, etcétera.
¿Qué hacer en el consultorio si hay que recolocar el bracket desprendido?
Si el paciente llega con el bracket, y de momento no se tiene uno nuevo, se puede recolocar, limpiándolo y reacondicionándolo antes. Además de la limpieza oral que el paciente debe tener y la que el profesional debe practicarle, la pieza a cementar debe estar en óptimas condiciones para una excelente adhesión y retención.
Los métodos convencionales de limpieza de brackets, sean cerámicos o metálicos incluyen quemar la pieza, pulirlo con fresa, métodos electroquímicos, de ensamblaje convencional, etc.; asimismo, están los llamados bracket cleaner, aparatos que utilizando óxido de aluminio dejan los brackets en óptimas condiciones en segundos.
Se conectan a la unidad dental y son muy fáciles de usar ya que trabajan con presión de aire. Algunos de ellos retiran la resina o cemento pegado del bracket, (también de botones o tubos) limpiando únicamente la zona de la malla y marcando un micrograbado; tienen sistemas herméticos de abrasión.
La estética y funcionalidad que ofrece la ortodoncia, puede verse afectada en tiempo y resultados por “imprevistos” como la caída constante de los brackets. Resolver este problema atendiendo causas como la higiene y el óptimo mantenimiento de la aparatología, dicho sea de paso hay que ofrecerla de calidad, los resultados serán siempre satisfactorios.
fuente: bracket cleaner introlight;
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