Platicamos con la doctora María del Socorro Cabrera Serrano, egresada de la Benemérita Universidad de Puebla, quien posteriormente se especializó en Ortodoncia en la misma universidad y en el año 2002 en Estomatología Pediátrica en el Sector Salud. Para ella, la filosofía del Dr. Andrews le ha dado respuestas a grandes dudas sobre sus tratamientos, y, lo más importante, le ha proporcionado resultados satisfactorios al aplicarla a sus pequeños pacientes. Acompáñanos a conocer lo que nos dijo.
¿Qué piensa de la educación continua como base de una actualización, que hoy por hoy es necesaria?
Usted lo acaba de decir, es necesaria. Desafortunadamente, muchos no la toman. Ven cursos y piensan que es un gasto, y más bien, un curso para mí es una inversión.
Entonces, si tú vas a una conferencia y oyes a los ponentes, y ves lo que están haciendo y te das cuenta que puedes prepararte igual que ellos, es porque te estás nutriendo continuamente.
En realidad, uno puede quedarse ahí y ya no hacer más. Muchos sí se detienen ahí. Y hay cosas que se ven fáciles, pero para poderlas hacer tienes que tener conceptos claros, bases bien establecidas. Porque también me ha pasado que he visto gente que hace iatrogenias. Y eso a mi me asusta porque hay quien está haciendo cosas sin saber lo que realiza. Y eso también es muy peligroso y mucho riesgo.
Hay gente que disyunta, o expanden y lo hacen sin tener control; hacen expansiones donde pierden hueso, raíces. Yo digo que si la gente quiere hacer algo tiene que prepararse.
Doctora, ¿cómo se dio el proceso de su visita a San Diego, para estar con el Dr. Andrews?
Estuve siguiendo mucho al doctor Andrews y en aquel entonces, le pregunté a la casa comercial si estaba dando cursos en San Diego y me dijeron que sí. Entonces logré ir con ellos.
Yo no se si hubo convocatoria o no, yo me enteré por ellos. Recuerdo que íbamos de muchos países, íbamos de México, pero había gente de Italia, Arabia, Eslovenia, Alaska, Brasil.
Es una filosofía que requiere de mucho estudio.
Como decía el Dr. Ayala: “hay que conocer la causa del problema; si no lo conoces, no puedes solucionarlo. O puede ser que yo diga, por ejemplo, “tiene la mandíbula hacia atrás y se la voy a hacer hacia adelante”. No, no es tan fácil.
Tengo que saber para dónde va rotando, para dónde va creciendo, que dirección y fase de crecimiento tiene, cuál es su problema basal, qué esta causando esa clase II, si la parte base craneal posterior, rama, cuerpo, inclinación, ángulo, etc., y en base a eso se va a hacer el tratamiento.
Por eso, cuando no se preparan bien y hacen tratamientos sin conocimientos plenos, no funciona.
La ortopedia es una de las áreas que a mucha gente no le gusta, porque dicen que no funciona. Dicen que no sirve. No sirve y no funciona porque no conocen las bases sobre el cual tienen que hacer ese tratamiento.
Cuando lo entiendan, verán que sí funciona.
¿Para usted esta filosofía de Andrews es la mejor?
Sí. La de Roth Williams fue un parteaguas para mí porque en realidad me enseñó en la parte diagnóstica. Es muy gracioso porque ellos son mucho de Ricketts y Jarabak en pacientes que ya no están creciendo. Son pacientes adultos. Y ven mucho la estética y tratan la articulación, que ya en pacientes adultos se puede tener una relación oclusal en máxima intercuspidación que no están en relación céntrica.
Y para ellos, una parte importante es tener esa relación céntrica en pacientes que ya dejaron de crecer. Porque en realidad la ortodoncia es en pacientes adultos, pero cuando empecé a escuchar al Dr. Andrews, siempre te preguntas hacia dónde debo corregir a mi paciente.
Si yo sé que tiene un problema de crecimiento sagital, o transversal o superoinferior, cómo le voy a hacer.
Y el Dr. Andrews me lo dice.
Esos seis elementos que se oyen tan simples, que parecen tan obvios, si no se entienden sus conceptos, no se comprenderá a lo que él se refería.
Por eso les digo, a veces lo fácil es tan fácil que es muy fácil equivocarte, entonces cuando yo empecé a aplicar esto en mis niños que están en crecimiento, enseguida comencé a ver resultados faciales.
Tal vez no diga que hago los seis elementos de armonía orofacial, pero en realidad sí lo aplico en mis pacientes. Y los niños que tengo en el hospital son una muestra, porque aparte de un problema esqueletal, tienen problemas sistémicos, como los respiradores, hipotiroideos, cardiópatas, etc., y a ellos empiezo a verles mejoría.
Siento que es una filosofía que puedes aplicar con cualquier persona y a cualquier edad.
Planes para 2024
Estoy haciendo unos cursos de ortopedia donde les enseño, primero, cómo crece la cara; ya después haré un curso más avanzado para los que quieran entender y hacer la armonía orofacial. Y llevar a cabo cosas que a lo mejor un odontopediatra no sabe hacer, yo soy odontopediatra, y que debemos saber hacer para mejorar al paciente.